Calle de antigua denominación y trazado, costa en su estructura de dos partes; una en forma de calle estrecha, que parte de la Plaza Mayor y otra, que se ensancha en forma de placita.
Consta la calle en su mayoría de edificios de tipo tradicional, alternados con alguno de moderna construcción, de éstos últimos, alguno rústicamente bello, y algún otro, verdadero monstruo en pleno centro del pueblo. En la esquina con Príncipe de Asturias, existe una casa de singular valor estético e histórico, y junto a ella, en la acera opuesta, otro edificio con las mismas características de valor (Carnicería). La calle de San Félix estuvo marcada desde sus orígenes por el cruce del cauce de dos arroyos, el Mazmarro y el Juanes, los cuales se encontraban en un punto intermedio de la calle, existiendo en éste lugar un puente pequeño para facilitar el paso a los peatones. Ésta situación se mantuvo hasta ser canalizada ésta parte de los arroyos en la década de 1970. Posteriormente la placita o ensanche de la calle de San Félix estuvo empedrada con adoquines, pero a finales del siglo XX, fue cubierta con una fea y desagradable capa de asfalto que no ayudó para nada a mejorar el aspecto de ésta zona del pueblo.
Fue ésta una calle de marcado carácter comercial, existiendo a mediados del siglo XX tres tiendas pequeñas de ultramarinos, de la cuales sobrevivieron dos convertidas en Autoservicios. También una carnicería, siendo actualmente ésta calle una de las más transitadas por el comercio. Existió además entre las décadas de 1980 y 90 un cocedero de mariscos.
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Existen muchos santos llamados Félix, de los cuales ignoramos a cuál se refiere ésta calle. El más antiguo de todos es San Félix de Nola, que fue sacerdote en los primeros tiempos de la Iglesia, sufriendo persecuciones en tiempo romano. En una ocasión Félix se encontraba auxiliando a San Máximo, obispo de Nola, que se encontraba huído y medio muerto de frío y de hambre. San Félix rezó y de repente apareció un racimo de uvas frescas con las que ayudó a recuperarse y beber zumo al enfermo. San Félix vivió de forma humilde y entregado a los demás el resto de su vida.
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